James Lambourne. "Cicles"
Espais exteriors de la Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca
Del 24 de junio al 17 de septiembre de 2006

Producción: Fundació Pilar i Joan Miró a Mallorca
Comisariado:
Pilar Ribal
Coordinación:
Pilar Baos y Pau Waelder
Montaje:
James Lambourne y Pep Fluxà
Diseño gráfico:
Pau Waelder
Catálogo:
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Documentación: plano de la exposición

 

Exponer a la Fundación Pilar y Joan Miró en Mallorca era un sueño para James Lambourne. La sintonía entre su obra y el espíritu de la obra de Joan Miró y su deseo de dialogar con estos espacios emblemáticos impregnan sus once intervenciones artísticas, específicamente pensadas para los espacios exteriores de la fundación.

Pintor, grabador, dibujante y escultor, la proximidad de James Lambourne a la naturaleza es prácticamente consustancial a su personalidad. Sus paseos de recolección fueron acumulando a su estudio numerosos objetos, como piedras, maderas, hierros, ramas, corchos, algas secas, vidrios, frutas, etc. Todas estas formas caprichosas naturales y artificiales se convirtieron en el más constante estímulo de sus investigaciones plásticas, desarrollando una vertiente creativa próxima al Land Art. Sus intervenciones efímeras, cambiando de posición y combinando de una manera diferente los elementos encontrados; la actividad lúdica de erigir túmulos (hitos) de piedras en equilibrio; la composición de esculturas-collage; las combinaciones azarosas con piedras y arenas o los dibujos sobre piedras, el acercan sin duda a el obra de Joan Miró y a la de artistas tan reconocidos como Richard Long, Michael Heizer, James Pierce o Robert Smithson.

Complementarias a su obra pictórica –de la que tenemos una muestra en la serie de dibujos “Fites de la música” expuestos en la Casa del Amo de Son Boter- son todas estas creaciones escultóricas y ambientales. En ellas, podemos observar cómo James Lambourne ha articulado una poética que pretende armonizar el singular y el universal, o el azar y lo filosóficamente complejo. Las formas más frecuentes que utiliza el artista (como el círculo, el esfera, el elipse o la proyección en vertical de la piedra), manifiestan que su observación de la naturaleza guarda una estrecha relación con el deseo de aproximarse a enigmas que incumben el orden del real. De aquí, por ejemplo, su interés por las series de formas y marcas impresas a los campos del sur de Inglaterra y otros lugares del mundo que son sólo visibles a una cierta distancia del tierra (como los famosos crop circles), o estas formas pétreas primitivas que erigieron los hombres prehistóricos apuntando al sol y a las estrellas y de los cuales las Islas Baleares poseen tantas evidencias.

Consciente de la posibilidad de recuperar el valor simbólico d’estas formas conocidas desde tiempos inmemoriales, James Lambourne trata de otorgarles un nuevo sentido contemporáneo. Es el caso de los túmulos y círculos de piedras que él reinterpreta en sus hitos y otras composiciones elípticas, que, curiosamente, recuerdan tanto sistemas de demarcación del territorio como hechos tan puntuales en nuestra memoria reciente como el espontánea acumulación de piedras creada por los seguidores de Nelson Mandela a la cueva donde daba clases en sus tiempos de prisionero. La combinatoria luliana y la obra del insigne filósofo no escapa a la reflexión y la recreación artística de Lambourne, que es también un concienzudo lector de mitología y historia y un gran aficionado a la música. Simbólicamente, y para conectar el pensamiento y la memoria de Ramon Llull con el espacio artístico de la Fundación, las piedras de uno de los hitos que ha depositado el artista a el estanque de sus jardines proceden de la montaña sagrada de Randa.

La visión de James Lambourne sobre la armonía entre lo microcósmico y lo macrocósmico se sintetiza ejemplarmente en una bellísima roca de enormes proporciones las partes de la cual han sido recompuestas por el artista, y en un excepcional conjunto de piedras rotas que el artista asocia a la propia unidad en la diversidad de la humanidad. Reunidas a lo largo de años de observación y búsqueda pacientes y tenaces, los fragmentos de estas piedras estaban dispersos en áreas a menudo muy separadas entre sí. son una prueba las diferentes texturas y colores que exhiben estas partes ahora reintegradas a nuestra vista como unidad. Cobrizas por el contacto con tierras o elementos ferruginosos, verdeadas por el musgo, clareadas por el sol o afinadas sus aristas por el agua del mar, son la más bella metáfora de esta belleza infinita de la cual quizás no somos responsables pero sin la cual seguramente no sabríamos vivir.


Galería de fotos


Cercle de la lluna

2006


Cercle del sol
2006
Fita de la mar I
2004

Memòria de la natura I
2003-2006

Memòria de les pedres II
2005

In Circles
2004-2006